Nombre completo: Stefan Theodore Boswell
Edad: 140, pero aparenta 32.
Estado civil: Soltero (viudo)
Estudios: Estudió economía en la universidad de Harvard y comenzó la carrera de psicología en la universidad de Salamanca, pero no la llegó a terminar (le falta un curso).
Ocupación: Trabaja en el Internado Medianoche como profesor de matemáticas.
Padres: Él fue convertido a finales del s. XIX y sus padres (humanos), para su desgracia, murieron por causas naturales en aquella época también.
Personalidad: Con el paso del tiempo, Stefan ha aprendido a alejarse de la gente. Se mantiene lo más distante posible de las personas que lo rodean y si llega a tener algún tipo de relación con personas específicas serán por motivos de trabajo. Desde la muerte de su mujer, se ha negado a estar en compañía de otros y en pasárselo bien, solo vive la vida tal como se lo prometió a su fallecida esposa. Es perspicaz e inteligente, algo que suele llamar mucho la atención de la gente. Es tranquilo, paciente y relajado. Todavía no se ha dado la oportunidad de enamorarse de nuevo. Un dato importante es que no es el típico prototipo de vampiro, se comporta como cualquier humano normal.
Apariencia: De estatura alta (para los hombres), tiene el cuerpo con una musculatura bastante desarrollada (éso le ha hecho ser el centro de varias miradas femeninas). Tiene el pelo castaño y cortado a una manera muy juvenil. Sus ojos son de un azul muy claro. Le gusta la ropa informal, aunque nunca podrá dar una negativa cuando se le da la oportunidad de arreglarse.
Historia: Nació el 2 de enero de 1870 en un pueblecito cercano a Dublín, capital de Irlanda. Su padre, Theodore Boswell, se ganaba la vida escribiendo partituras para la iglesia del pueblo y para los cantos del único colegio que había en el pueblo; su madre, Emily Boswell, en cambio, poco podía hacer debido a su ceguera. Stefan, para su suerte o desgracia, fue el único hijo de los Boswell, por lo tanto era el encargado de todas las tareas del hogar y de cuidar a su pobre madre. Stefan se crió como un niño cultivado gracias a las historias de su madre y a las clases de música de su padre, pero lo que le llamaba de verdad eran los números. Cuando tuvo la edad ideal como para marcharse de su hogar solo y partir a una buena universidad donde estudiar economía.
Con los ahorros de sus padres partió hacia Norteamérica, exactamente hacia el Estado de Massachussetts, donde estudiaría en la prestigiosa universidad de Harvard. Con su habilidad y curiosidad innata con los números, Stefan acabó rápidamente y con buenas notas la carrera, además que trabajaba como ayudante de compositor para ganar algo de dinero. Con veintiún años partió de nuevo hacia su hogar, donde vivió el triste acontecimiento de la muerte de sus padres por culpa de una enfermedad. Stefan, sin muchos objetivos en la vida y sin saber que hacer, cogió las pocas pertenencias que tenía y la herencia que le habían dejado sus padres y fue hacia el sur, concretamente a España.
En España vivió su época más feliz y luminosa. Allí conoció a la que sería el único amor de su vida, Beatriz González, una chica con principios, vivaz y muy inteligente. Ambos conectaron en cuanto se conocieron en la ciudad de Salamanca. Aprendió muchísimo de ella y de sus pensamientos, de la cultura española que era muy diferente con la que él había crecido. Congenió bastante bien con su padre, Blas González, un famoso historiador, concretamente de la Edad Antigua. A los 26 años se casaron y vivieron una vida normal de casados, tenían poco ya que Stefan ganaba lo que podía llevando las cuentas de una antigua noble; pero lo más importante es que fueran felices. Pocos días después de celebrar su trigésimo cumpleaños, Beatriz, su amada esposa, murió en unas circunstancias muy extrañas.
Tras el entierro de su fallecida mujer y de consolar a su pobre padre, el cual murió meses después debido a la tristeza de haber perdido a su hija, Stefan abandonó la carrera de psicología en Salamanca y decidió viajar por España. Casualmente, para desgracia de él, se topó con el vampiro que asesinó a su mujer (él aún no lo sabe) y le transformó en vampiro.
Asustado de lo que se había convertido, pidió ayuda a la tumba de su amada esposa, de quien no recibía respuesta alguna. Entonces, Stefan se dio cuenta de que debería vivir por ella, ya no hacía falta por él. Pasó el siglo XX en un suspiro para él, conoció a toda clase de vampiros y humanos, entonces le llegó una carta de una tal Señorita Bethany sugiriéndole un puesto como profesor de matemáticas en su academia Medianoche, en Massachussetts. Sin nada que hacer, volvió a Salamanca, se despidió de una vez por todas de su esposa y voló hacia Medianoche, donde ahora reside como profesor.
Defectos y virtudes: +Muy paciente.
+Su sonrisa alegra corazones.
+Siente verdadero respeto hacia sus alumnos y compañeros de oficio.
-Poco hablador.
-Puede llegar a ser estricto.
-La mayoría de su tiempo, se encierra en sí mismo.
¿Algo más?:Le parecen cómicos los libros de ciencia-ficción.
Le gusta muchísimo la historia (carrera por la que casi se decantó), sobretodo la Edad Antigua.
Habla inglés, irlandés, español y sueco.